La Escuela de Liderazgo Sostenible e Innovación Social de Solidaritas Perú propone el desarrollo de soluciones creativas a problemas sociales o ambientales que beneficien a nuestros entornos. (Foto: Agencia Andina)
Los organismos multilaterales como la ONU, el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), han identificado a la innovación social como un componente clave para enfrentar los desafíos globales del siglo XXI. Estos organismos reconocen que las soluciones tradicionales no son suficientes para abordar problemas complejos como la desigualdad, el cambio climático, la pobreza y la inclusión social.
La ONU impulsa la innovación social como una forma de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), promoviendo soluciones innovadoras para problemas como la pobreza, el hambre, la educación, la igualdad de género y el cambio climático. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través del BID Lab, busca apoyar y financiar proyectos que unan tecnología, inclusión social y sostenibilidad. De manera similar, el Banco Mundial ha lanzado fondos para emprendimientos sociales y programas de innovación abierta, donde los ciudadanos son clave en la creación de soluciones para sus propios desafíos.
Aunque el concepto de innovación social sigue en evolución, desde la Escuela de Liderazgo Sostenible e Innovación Social de Solidaritas Perú, lo proponemos como el desarrollo de soluciones creativas a problemas sociales o ambientales con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas, generando un impacto social positivo y, durante el proceso, promover el involucramiento ciudadano procurando que estas sean escalables y sostenibles, con viabilidad económica, ambiental y social.
En esta reflexión conceptual debemos resaltar la relación intrínseca entre innovación social y las soluciones creativas y sostenibles a problemas sociales o ambientales, es decir, no se trata solo de generar respuestas inmediatas a cuestiones urgentes, sino de construir sistemas que puedan sostenerse en el tiempo y que beneficien a las generaciones futuras. En este contexto, el concepto de sostenibilidad no es exclusivo del ámbito ambiental, sino que abarca también lo social y económico.
Es fundamental que los diferentes grupos de actores —Estado, industria, sociedad civil y entidades cooperantes— desarrollen competencias y habilidades necesarias para impulsar la innovación social. Hasta el momento, la industria ha avanzado considerablemente en este aspecto a través de sus políticas de responsabilidad social corporativa; sin embargo, existe una gran brecha de competencias, especialmente en la sociedad civil, donde emprendedores sociales, organizaciones sociales y comunales deben fortalecer sus capacidades para negociar, contribuir y converger en igualdad de condiciones con los demás actores. Por ello, es crucial que cada grupo defina su visión de innovación social y trabaje en el desarrollo de iniciativas que promuevan el crecimiento y la transformación de los territorios en los que operan.
A pesar de los obstáculos y desafíos que enfrentan las iniciativas territoriales, como la falta de financiamiento, apoyo institucional o marcos regulatorios; desde Solidaritas Perú estamos convencidos de que vivimos un momento decisivo para la innovación social que, lejos de ser una moda pasajera, es una necesidad resiliente y transformadora para los problemas a los que hemos llevado al planeta.
Carlos Mejía Carazas
Ingeniero certificado por el BID – PM4R Expert Certificate con más de 15 años de experiencia en gestión de proyectos y relacionamiento entre comunidades y entidades gubernamentales. Ha sido Supervisor de Desarrollo Territorial en la Compañía Minera Antapaccay, Especialista PMO en el Ministerio de la Producción, entre otros.
