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COP16 de Biodiversidad: Avances y retos
La COP16 de Biodiversidad dejó avances como el “Fondo Cali” y mayores compromisos de conservación, pero enfrenta retos críticos como el financiamiento y la implementación efectiva de metas globales.
Escribe: <a href="https://www.solidaritasperu.com/author/sthefanysueldo/" target="_self">Sthefany Sueldo Cruz</a>

Escribe: Sthefany Sueldo Cruz

Estudiante de derecho con especialidad en sostenibilidad y ambiente. Coordinadora Regional de Transición Energética y Cambio Climático de Youth4Energy. Coordinadora de la Red Universitaria de Solidaritas Perú.
9 de marzo de 2025
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Fuente: WWF Colombia

La Conferencia de las Partes N°16 (COP16) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) se celebró del 21 de octubre al 2 de noviembre de 2024 en Cali, Colombia. Este evento se desarrolló en un contexto crítico para la biodiversidad global, con la humanidad enfrentando una acelerada pérdida de ecosistemas y especies, agravada por el cambio climático y la presión antropogénica. Durante la conferencia, representantes de 196 países, junto con actores no gubernamentales y comunitarios, abordaron los retos y oportunidades para implementar el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal adoptado en 2022. En el presente, analizo los principales logros, desafíos, y las perspectivas a futuro, así como el papel destacado de Solidaritas Perú como actor clave en la COP16.

Uno de los logros más destacados de la COP16 fue la creación del “Fondo Cali”. Este mecanismo busca canalizar los beneficios derivados de la utilización de recursos genéticos hacia las comunidades indígenas y locales que desempeñan un rol crucial en la conservación de la biodiversidad. El fondo garantiza que el 50% de los ingresos generados se destine directamente a estas comunidades, promoviendo la equidad y el reconocimiento de su papel como guardianes de los ecosistemas. Este avance representa un paso significativo hacia la justicia ambiental, asegurando que los beneficios económicos derivados de la biodiversidad también alcancen a quienes han contribuido a su protección.

Asimismo, la COP16 adoptó decisiones para fortalecer la gobernanza inclusiva en el marco del CDB. Por primera vez, se creó un órgano subsidiario permanente que incluye a representantes de pueblos indígenas y afrodescendientes. Este nuevo espacio permite que sus voces sean parte integral de las decisiones internacionales, garantizando un enfoque participativo en la implementación de políticas de biodiversidad. Este avance subraya la necesidad de integrar el conocimiento tradicional como complemento a la ciencia moderna, generando soluciones más holísticas y culturalmente apropiadas.

En el ámbito de los ecosistemas marinos, se avanzó en la identificación de áreas prioritarias para su protección, con el objetivo de cumplir con la meta global de conservar el 30% de los ecosistemas terrestres y marinos para 2030. Este compromiso fue reforzado por acuerdos bilaterales y regionales que buscan promover la cooperación transfronteriza en la protección de los mares y áreas de biodiversidad clave.

A pesar de los avances, la COP16 también expuso serios desafíos. Uno de los más críticos es la insuficiencia de financiamiento para alcanzar las metas del Marco Kunming-Montreal. Aunque se discutió la movilización de 20,000 millones de dólares anuales hasta 2025, el consenso no fue alcanzado. Los países en desarrollo demandaron la creación de un fondo específico para biodiversidad, similar al Fondo Verde para el Clima, pero las naciones desarrolladas mostraron reticencias, limitando las posibilidades de acción inmediata.

Otro reto significativo es la falta de planes nacionales completos y alineados con el marco global. Hasta la fecha de la COP16, solo 44 países habían presentado sus estrategias nacionales, lo que refleja una preocupante brecha entre el compromiso internacional y la implementación local. Esta situación se agrava en países con capacidades técnicas y financieras limitadas, donde la falta de apoyo podría comprometer el cumplimiento de los objetivos globales.

De cara al futuro, es crucial acelerar la implementación de las metas acordadas. Esto incluye promover alianzas entre el sector público, privado y comunitario para financiar y ejecutar proyectos de conservación. Además, la integración de la biodiversidad en sectores clave como agricultura, energía y salud debe ser una prioridad para garantizar que las acciones en un ámbito no comprometan los avances en otro.

A nivel internacional, se espera que la próxima COP17 evalúe el progreso hacia las metas de 2030 y aborde los vacíos identificados en la COP16. En este sentido, es fundamental reforzar los mecanismos de monitoreo y evaluación, asegurando que los avances sean medibles y transparentes.

Solidaritas Perú junto a Ecovida y ADSEI, desempeñaron un papel destacado en la COP16, posicionándose como organizaciones clave en la promoción de la justicia ambiental y social en los bosques secos y tropicales. Del mismo modo, Solidaritas Perú, centró su participación en eventos llevados a cabo en la Biblioteca Departamental, donde se desarrollaron temas asociados a la restauración de bosques tropicales, así como la participación ciudadana y de comunidades indígenas en los referidos proyectos.

En cuanto al empoderamiento juvenil, Solidaritas Perú coorganizó talleres paralelos durante la COP16, enfocados en el empoderamiento juvenil y la importancia del cambio climático, economía circular y biodiversidad. Estas actividades no solo fomentaron el conocimiento, sino que también inspiraron a los participantes a convertirse en agentes de cambio en sus comunidades. Este enfoque en la participación juvenil resalta la importancia de incluir a las nuevas generaciones en la lucha por la sostenibilidad.

En definitiva, la COP16 representó un importante avance en la implementación del Marco Global de Biodiversidad, pero también dejó en evidencia la urgencia de superar barreras como la falta de financiamiento y la insuficiencia de planes nacionales. Los logros alcanzados, como el Fondo Cali y la mayor inclusión de comunidades indígenas y locales, son pasos en la dirección correcta, pero requieren un compromiso continuo y acciones concretas para traducirse en resultados tangibles.

El aporte de Solidaritas Perú en la COP16 destacó cómo las organizaciones de la sociedad civil pueden influir significativamente en el debate global, aportando perspectivas innovadoras y promoviendo la justicia social y ambiental. Su enfoque integral, que combina educación, investigación y políticas públicas, sirve como modelo para otras entidades que buscan contribuir a la sostenibilidad del planeta. En ese sentido, es crucial que los países y las organizaciones sigan avanzando en la implementación de las metas globales, asegurando que la biodiversidad se conserve para las generaciones presentes y futuras.

Las opiniones difundidas en este espacio son de responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, la línea editorial de la Revista Gobernanza Social.

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